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Arquitectos: Ateliê Andressa Lima
- Área: 443 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Marcus Camargo
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Proveedores: Cosentino, ALDEIA ACABAMENTOS, Armazem AZ, Ateliê Susana Guimarães, Breton, Carbono, Dias Marcenaria, Engenharia do Vidro, Esquadrilux, Estúdio Trama, Florense, Jader Almeida, Light Design, Muralha Marmoraria, Ricardo Masi, Sérgio Rodrigues, Tidelli, Ventura Casa

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Construida en un condominio horizontal en Goiânia, Brasil, la Casa de Ladrillos es un hogar que combina simplicidad, sofisticación y conexión con la naturaleza. Inspirada en las arquitecturas mexicana y mediterránea, la residencia adopta un estilo natural, con líneas puras, una volumetría marcada y una materialidad honesta, en la que los materiales se presentan en su forma más auténtica, sin revestimientos excesivos ni disfraces, revelando texturas, colores e imperfecciones que cuentan historias y refuerzan la identidad de la casa.

“Durante la obra, la casa fue bautizada por nuestro hijo, que con tres años conoció la historia de ‘Los tres cerditos’; decía: ¡Mamá, estamos construyendo la Casa de Ladrillos!”


La arquitectura busca ser, al mismo tiempo, despretenciosa, ligera y atemporal. La residencia celebra el habitar de una forma sencilla y sensorial, donde cada detalle invita a la pausa y a la contemplación.

Con 440 m², la planta baja fue organizada para favorecer la integración de los ambientes y el confort térmico. Con jardines ubicados en puntos estratégicos, los espacios interiores y exteriores se conectan de forma fluida, permitiendo la entrada de luz natural y reforzando la sensación de acogida y tranquilidad — premisas esenciales del proyecto.


Es una casa que respira, que se abre al viento, que escucha los sonidos del entorno, que se deja tocar por la luz de la mañana y los rayos del atardecer. Sus espacios, generosos e integrados, fluyen entre el interior y el exterior con naturalidad, invitando a la naturaleza a entrar y permitiendo que la vida suceda sin prisa.




Más que una construcción, la Casa de Ladrillos es un estado de ánimo, un refugio familiar, donde el tiempo se desacelera, donde la arquitectura protege sin aislar, y donde cada pared, cada jardín y cada sombra guarda la memoria de un sueño traducido en materia.
